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Conceptualización de la Profesión

 

La Enfermería es una disciplina constituida esencialmente de dos partes: un componente disciplinar y un componente profesional; como profesión se preocupa por las actividades que desarrollan y canalizan sus practicantes para lograr la promoción, el mejoramiento de la salud y el bienestar de los seres humanos. Como disciplina en el terreno del conocimiento evoluciona de manera independiente y tiene una forma individual de interpretar los fenómenos de su competencia: el cuidado de la salud. La disciplina de Enfermería ha surgido desde la perspectiva que enfatiza el manejo del cuidado de la salud de los seres humanos de una forma unitaria y procesal, enfocándolo desde el espectro de las respuestas humanas hacia los problemas reales o potenciales de salud (Durán, 2001: 19-20). En este sentido, el Proceso de Enfermería, como método sistemático, es un instrumento que dirige la actuación de enfermeras y enfermeros cuando se atiende el cuidado a la salud humana.

La expresión del cuidado de enfermería denota experiencias, desarrollo, protección y recuperación de la salud del ser humano visto como un ser cultural. Por tanto cuidar es, ante todo, un acto de vida y representa una enorme variedad de actividades dirigidas a conservar la vida y permitir que esta continúe y se reproduzca; es brindar atención a uno mismo cuando adquiere autonomía; del mismo modo, el cuidado representa un compromiso hacia cualquier persona que, temporal o definitivamente, requiere ayuda para asumir sus necesidades vitales.

En la literatura se destacan dos tipos de cuidados de naturaleza diferente: los cuidados de costumbre y habituales: relacionados con las funciones de conservación, de continuidad de la vida; así como los cuidados de curación: Care (curar), relacionados con la necesidad de curar todo aquello que obstaculiza la vida; (Colliure, 1993: 233-235).

Dado que el cuidado de la salud humana es la razón en el quehacer del personal profesional de enfermería, es importante que este se perciba con precisión por los usuarios de los servicios en el contexto de la atención a la salud. Desde el aspecto disciplinar, el cuidado de la salud es el objeto de estudio de Enfermería. La forma organizada de cuidar constituye una disciplina humanística enmarcada en los servicios de atención a la salud, a través de las ciencias sociales, naturales, humanísticas y del comportamiento, entre otras.

Para diagnosticar y tratar los problemas de salud son indispensables conocimientos, actitudes y destrezas que solo se adquieren con el estudio profundo y sistemático de la sociedad, el hombre, la salud y la propia enfermería. Para que los cuidados se brinden con amplio sentido profesional, los responsables deben entender a la persona de forma integral, tener definidas acciones y metas; utilizar una metodología de trabajo, basar sus acciones en principios científicos, así como capacidad para responder a la obligación ética y legal que han contraído.

Los beneficiarios del cuidado, indiscutiblemente, son los seres humanos, su familia y comunidad, en todas las etapas de la vida. El cuidado de la salud, desde la perspectiva de enfermería, parte de una visión global del hombre, considerando los aspectos fisiológicos, psicológicos, sociales, y culturales presentes en todos ellos.

Desde finales de los sesenta se dieron a conocer teorías, apoyadas en distintas concepciones del hombre, del medio que lo rodea, de la salud y de la enfermedad, proponían diversas maneras de asumir el cuidado; en este sentido, la actuación de enfermería comprende diversas y complejas intervenciones en la esfera psicosocial, en individuos y en grupos de personas sanas y enfermas, con el objetivo de proteger el proceso vital humano.

La disciplina de Enfermería está compuesta por un conjunto de elementos, entre ellos: perspectiva, dominio, definiciones y conceptos existentes y aceptados por la enfermería, y patrones de conocimiento de la disciplina. La perspectiva, a su vez, está definida por cuatro características: la naturaleza de enfermería como una ciencia humanística, los aspectos de la práctica de enfermería, las relaciones del cuidado que se desarrolla entre los usuarios el personal de enfermería, la perspectiva de salud y bienestar. El dominio no solamente engloba los resultados de la investigación, sino también el conocimiento de la enfermería para la práctica, sustentado en su filosofía e historia, la práctica llevada a cabo, el sentido común, las teorías y un conjunto de ideas congruentes con metodologías, procesos de enfermería y otros procedimientos.

En lo que se refiere a los conceptos centrales, Meléis (citada por Durán, 2002: 8) afirma que se relacionan con el manejo de los fenómenos del dominio, cuyas fuentes son: práctica de enfermería en su extensión total, paradigma biomédico, experiencia del personal de enfermería en sus distintos roles, ciencias básicas, práctica ideal, proceso de enfermería, y sus diagnósticos e intervenciones.

Las estructuras conceptuales de la enfermería conectan el desarrollo con el interés en su conceptualización como disciplina precisa y la introducción concomitante de ideas sobre la teoría de enfermería; cada una de estas estructuras representa una escuela de pensamiento diferente. En sentido epistémico, hay acuerdo sobre los cuatro conceptos centrales que soportan el desarrollo de la enfermería en su disciplina y en lo profesional, identificados como hombre (paciente o usuario, y enfermera), contexto (ambiente del paciente y de la enfermera), salud (vida) y cuidado (acciónintervención terapéutica) de enfermería.

El conocimiento de enfermería se puede visualizar desde las aportaciones de Betty Neuma en su modelo de los Sistemas; la teoría del Déficit del Autocuidado, de Dorothea E. Orem; la teoría del Cuidado Humano, de Jean Watson; la teoría de la Diversidad y la Universalidad, de Madeleine Leininger y Kristen M. Swanson, por citar algunos. El conocimiento práctico requiere de un proceso y un plan basados en el análisis e interpretación de los elementos constitutivos de una situación de enfermería.

El cuidado profesional de enfermería es fundamentado en tres filosofías: entornos adecuados para lograr la salud del paciente, ciencia del cuidado basado en el conocimiento empírico, y práctica para dar cuidados efectivos, que se basa en el empirismo y racionalismo. La epistemología del cuidado de enfermería se apoya en tres vertientes compuestas de manera paradigmática entre sí, la historia, teoría y práctica.

El marco epistemológico de enfermería es el conocimiento que se genera a partir del desarrollo del propio núcleo disciplinar, en respuesta a las necesidades de la práctica profesional. El núcleo determina que es el cuidado de las experiencias de salud, desde el punto de vista contextual, lo que constituye el dominio de indagación y que, por lo tanto, el cuerpo del conocimiento de la enfermería se relaciona con el cuidado, las experiencias o vivencias de salud contextualizadas. La marcada influencia de las creencias y valores que la sustentan y de su razón social es el núcleo de la disciplina y su desarrollo, a través de la indagación científica, lo que la distingue de otras áreas del conocimiento afines (Durán, 2002: 8).

A partir de lo señalado, podemos enmarcar las principales tendencias del cuidado de enfermería: acepta la reciprocidad de las situaciones de salud; identifica seres holísticos y se considera parte de la comprensión de esa totalidad; reconoce al otro y así mismo como seres activos y trascendentes; advierte el valor de la investigación y acepta el mérito complementario de abordajes cualitativos y cuantitativos para retroalimentar la práctica de enfermería basada en el cuidado.

Conforme a lo anterior, el cuidado de la salud incluye los siguientes aspectos: fomentar la autonomía; dignificar al ser humano; interactuar con otro ser en el cuidado de la salud a cargo del profesional de enfermería, buscando un equilibrio y desarrollo en su capacidad de cuidarse así mismo.

En la actualidad, se han desarrollado tres paradigmas o visiones que guían el que y el cómo se deben comportar los integrantes de una disciplina en lo referente a la naturaleza del ser humano y a la meta de la disciplina. Es decir, visión particular determinística, visión integrativa interactiva, y visión unitaria transformativa o de simultaneidad. Estos paradigmas reflejan el cambio de enfoque desde lo físico hacia lo social y humanístico.

La perspectiva particular determinística incluye comportamientos que caracterizan el cuidado, aspectos físicos y psicológicos de la salud humana y reglas no contextuales relacionadas con comportamientos de cuidado de la salud con resultados observables.

La visión integrativa interactiva incluye la naturaleza recíproca de las interacciones del personal de enfermería, las respuestas culturalmente determinadas y especificas al cuidado en los procesos vitales que interrumpen aspectos de salud reglas relacionadas con la influencia que ciertos comportamientos de cuidado tienen sobre determinados grupos de usuarios.

La visión unitaria transformativa o de simultaneidad es más difícil de caracterizar, pero podría ser la comprensión de la sincronía y solidaridad de los encuentros que trascienden en la relación usuario-enfermera(o) y las limitaciones de tiempo y espacio que presenta esta situación (Durán, 2002: 10). A partir de estos paradigmas o visiones, puede afirmarse que cada modelo conceptual que han construido las teóricas en enfermería ofrece una perspectiva profesional, cuyo objetivo es favorecer la preservación, mantenimiento o restauración de la salud del usuario y de la preservación de un estado de bienestar.

Los tres paradigmas señalados han sido aprobados por la enfermería internacional y se sustentan en los cuatro patrones de conocimiento de enfermería que propuso, en 1978, Bárbara Carper: empírico, la ciencia de enfermería; estético, el arte de enfermería es a la vez una forma de desarrollar e interpretar nuevos conocimientos, de conocimiento personal y ético, el conocimiento moral de enfermería.

Para enfermería, trabajo empírico significa descripción y clasificación de aquellos fenómenos que están abiertos a la observación e inspección, de ahí que el patrón empírico es fáctico, descriptivo y en última instancia deductiva/ inductivo y generador de teoría; sus metas se enfocan al desarrollo de explicaciones teóricas abstractas; es ejemplar, discutible y públicamente verificable. Por su lado, la creación estética de enfermería se hace visible a través de las acciones, el cuidado, las actitudes y las interacciones que desarrolla la enfermera en respuesta a las demás personas (usuarios). Este patrón hace posible la transformación del encuentro inmediato (usuario-enfermera) en una percepción y le adjudica significado, de manera que la percepción significativa, en sí misma, se refleja en la acción tomada por la enfermera.

Para Orem (1980), el arte de enfermería se “expresa individualmente por cada enfermera a través de su creatividad y estilo al diseñar y proveer el cuidado que es efectivo y satisfactorio”. El arte es creativo pues requiere del desarrollo de una habilidad que permita englobar las formas de intervención específicas de acuerdo con los resultados esperados para cada situación.

El patrón de conocimiento personal concierne a la experiencia interna propia para convertirse en un todo consciente de sí mismo. A través del conocimiento de sí mismo la persona es capaz de relacionarse con otro ser humano, con apreciación total de la experiencia. Implica la necesidad de reconocer la percepción que tiene de sí misma y que el cuidado del usuario es su preocupación primaria. El patrón ético se refiere al componente moral del conocimiento de enfermería e influye en las decisiones que deben tomarse en el contexto de creciente dificultad del cuidado y de la atención de la salud, se caracteriza por expresiones de teorías éticas, códigos, normatividades y estándares de conocimiento personal (Duran, 2001: 27-33).

Con base en esta teoría epistémica, filosófica y paradigmática, la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la UAEMéx postula que el objeto de estudio y trabajo epistemológico, en sus diversos ámbitos de desarrollo, se encuentra referido al cuidado de la salud, reconoce el meta paradigma de la profesión de enfermería, los tres paradigmas o visiones disciplinarias, a través del empleo de los cuatro patrones de conocimiento; además, posiciona que el paradigma profesional e interprofesional del área de la salud que debe guiar a la profesión de enfermería se refiere al denominado vida-salud, toda vez que el fomento, preservación, mantenimiento y recuperación de la salud es lo que permite que las personas, independientemente de su grupo etario, condición social y cultural, preserven la vida en condiciones de bienestar. Esto implica reconocer que el grupo profesional de Enfermería debe encauzar su trabajo hacia el acompañamiento de la persona, familia y la sociedad en su conjunto, hacia la información y formación de estilos de vida saludable, la promoción y prevención de la salud, y con ello al autocuidado informado y responsable, situación involucra un abordaje interdisciplinario, transdisciplinario y multidisciplinario.

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